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¿Es la energía verde más cara?

En los últimos tiempos ha aumentado el número de comercializadoras que ofrecen energía 100% renovable a sus clientes. Inevitablemente, se ha recrudecido el debate sobre si la energía verde es más barata o más cara que la convencional, o si tiene algún sentido económico que las comercializadoras cobren un extra por esta certificación.

El mito de que la energía renovable es más barata que la de origen fósil viene del sistema de fijación del precio de la electricidad (el Pool) que tenemos en España. Este sistema establece que la renovable oferte su producción a precio cero, y el resto de tecnologías ofertan en función de sus costes de producción. En cada hora, de acuerdo con las curvas de casación de oferta y demanda, se fija un precio que establece la última tecnología que se haya necesitado para cubrir la demanda. Así, a mayor presencia de renovables, menor precio de mercado, y viceversa. Pero el sistema también es marginalista, y eso significa que todos los productores reciben el mismo precio por su generación, independientemente de su tecnología, por lo que comprar la energía en el mercado cuesta exactamente lo mismo venga de donde venga la electricidad. Este precio será más bajo si ha habido más presencia de renovables, pero será el mismo que paguemos por la electricidad que venga del carbón.

Primera conclusión: el precio que se paga en el mercado por la energía renovable es exactamente el mismo que por la energía no renovable. Ni más caro, ni más barato.

Energía RenovableA la hora de poder garantizar a un cliente que el origen de la electricidad que consume es renovable, las comercializadoras deben adquirir a los productores las Garantías de Origen equivalentes, lo que supone un coste que depende de la oferta y demanda de las mismas, y de las negociaciones entre productor y comercializadora. Hay que destacar, para más inri, que actualmente no existe un mercado secundario donde se negocien estas Garantías, de forma que existe un riesgo de fluctuación del precio que no puede ser cubierto por las comercializadoras a través de mercados organizados. Esto ya, por sí mismo, supone un extra de precio para la energía renovable al ser necesaria la adquisición por parte de las comercializadoras de un certificado (la Garantía de Origen) que no se precisa en el caso de la electricidad de origen fósil.

Además, las comercializadoras deben afrontan los trámites para hacer llegar esas Garantías de Origen al consumidor. Estos trámites, lamentablemente, se realizan de manera manual, no se trata de un sistema sencillo y automatizado como pueda ser una cuenta bancaria, lo que se traduce en costes administrativos para la comercializadora.

No hay que olvidar, también, que los consumidores contratan energía de origen 100% renovable porque le asocian un valor de imagen para su negocio o empresa, por políticas de RSC o por concienciación ambiental. Parece que, en otros ámbitos de la vida cotidiana, encontramos lógico pagar más por un servicio que consideramos que nos beneficia.

Segunda conclusión: las Garantías de Origen tienen un coste para las comercializadoras, tanto económico como administrativo.

Ante este panorama, las comercializadoras tienen dos enfoques puramente estratégicos desde el punto de vista comercial:

  • Por un lado, algunas de ellas no cobran un coste adicional por la energía 100% renovable. Si no nos olvidamos de que las Garantías de Origen que han adquirido tienen un coste, la única solución si se cobra a todos los clientes lo mismo es diluir ese coste extra entre todos los clientes, contraten o no la energía 100% renovable. Imaginemos un gimnasio en el que todos los socios pagan la misma cuota mensual. El usuario que acuda únicamente a usar la bicicleta estática estará pagando un sobreprecio para cubrir los costes de servicios que no utiliza (la piscina, las clases colectivas, la sala de pesas, etc).

 

  • Por otro lado, otras cobran la energía 100% renovable con un sobrecoste a aquéllos cliente que la contraten y que le encuentren un valor. Al fin y al cabo, ¿por qué deberían pagar por ello los consumidores que no reciben esa certificación, ni la han solicitado? Volviendo sobre el ejemplo anterior, es el caso de los nuevos gimnasios: se paga una cuota de acceso relativamente baja, y los servicios adicionales se pagan por separado (la taquilla, el uso de la ducha, la asistencia a clases colectivas, etc). Se trata simplemente de que el cliente pueda personalizar su propia tarifa en función de los servicios que demande.

En definitiva, el precio de la energía 100% renovable es exactamente el mismo que el del resto de tecnologías, ya que el precio de mercado es único para todas ellas. Al contratar energía 100% renovable, las comercializadoras trasladan al cliente el coste de las Garantías de Origen que tienen que adquirir, el coste administrativo de la gestión y el valor que el consumidor obtiene con esa contratación.

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