Mucho se viene hablando de las nuevas políticas que el Gobierno provisional está implantando. Me gustaría hoy hacer un resumen de las que más nos afectarán a los ciudadanos.
Cuando pensamos en el medio ambiente actual, seguro que a más de uno la imagen que le viene a la cabeza consta de chimeneas contaminantes, playas llenas de residuos, filas interminables de coches con sus humeantes tubos de ESCAPE, ciudadanos usando mascarillas para ir al trabajo…
Y, SIN embargo, el futuro que a todos nos gustaría es todo lo contrario: ciudades verdes llenas de árboles, coches SIN emisiones, ríos Y playas de aguas cristalinas…
Si a la gran mayoría de las personas les gustaría un mundo como el de la segunda imagen, ¿por qué nos conformamos con la primera? ¿Qué hace falta para que la sociedad cambie de manera TAN drástica, pero a la vez TAN necesaria para el futuro? Desgraciadamente, hay muchas razones para ello como sería el coste de transición, la madurez tecnológica o el cambio de hábitos para una sociedad entera. Esto es como cocinar, es mucho más cómodo hacer la comida si NO te tienes que preocupar por la cantidad de cacharros que vas a manchar, o la ingente cantidad de envases plásticos con los que vienen todos los alimentos para que ya NO nos tengamos ni que ocupar de lavar una lechuga. Y si ya encima cuentas con una maravillosa persona que se encargue de fregar los utensilios Y de recoger la mesa, pues seguramente ni nos plantearemos si hay otra manera más limpia de hacer las cosas.
En un artículo que escribí hace tiempo hicimos un repaso a las políticas medioambientales que se llevan fraguando desde hace más de dos décadas. En el año 2015 se firmó el Acuerdo de París Y ha llegado el momento de empezar a planificar qué medidas vamos a tomar para cumplir con los objetivos establecidos. Y es que, aunque todos queramos un futuro verde, está visto que necesitamos que nos den un empujón (o incluso alguna que otra colleja) para empezar a cambiar.
¡Queremos ser neutros para conseguir el objetivo renovable 2030!
El Gobierno ha redactado el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático Y Transición Energética, en el que se plasman diferentes medidas a tomar para poner nuestro granito de arena contra el Cambio Climático Y la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Se han establecido dos horizontes de actuación Y he querido citar algunos de los hitos más importantes a lograr:
- Año 2030: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en, al menos, un 20% respecto de 1990. Alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de un 35%. Un sistema eléctrico con al menos un 70% de generación a partir de energías de origen renovable Y mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en al menos un 35% con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria.
- Año 2050: Las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española deberán reducirse al menos en un 90% respecto del año 1990, con un sistema eléctrico basado exclusivamente en fuentes de generación de origen renovable.
Por supuesto, esto NO se consigue de la noche a la mañana Y hay que pensar con muchos años de antelación qué es lo queremos conseguir Y cómo llegar a alcanzarlo. Las medidas planteadas afectan a distintos sectores Y entre las más destacables se encuentran:
- El Gobierno desarrollará, durante el periodo 2020-2030, procedimientos de concurrencia competitiva para impulsar la construcción de un mínimo de 3.000 MW de potencia al año en instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovable.
Y NO tenemos que olvidar que estos últimos años se han realizado subastas competitivas gracias a las cuales para el 2020 contaremos con nueva potencia renovable:
- NO se otorgarán en el territorio nacional, incluido el mar territorial, nuevas autorizaciones de exploración, permisos de investigación de hidrocarburos o concesiones de explotación en la que esté prevista la utilización de la fracturación hidráulica.
Esta técnica conocida como Fracking, que hace algunos años generó muchísima controversia, ha sido prohibida de manera definitiva.
- Queda prohibido el establecimiento de nuevos subsidios u otros incentivos económicos que favorezcan el consumo de combustibles fósiles.
- Aprobar mecanismos de apoyo al biometano, al hidrógeno Y a otros combustibles sintéticos en cuya fabricación se hayan usado exclusivamente materias primas Y energía de origen renovable.
- Alcanzar en 2050 un parque de turismos Y vehículos comerciales ligeros SIN emisiones directas de CO2. A partir del año 2040 NO se permitirá la matriculación Y venta en España de turismos Y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono.
- Las instalaciones de suministro de combustibles Y carburantes a vehículos deberán instalar infraestructuras de recarga eléctrica.
La falta de puntos de recarga ya NO será excusa para cambiarnos al coche eléctrico.
- Fomentará la renovación de los edificios existentes garantizando la rehabilitación con criterios de eficiencia energética de al menos 100.000 viviendas al año de media entre 2021 Y 2030.
Según la guía del IDEA podemos conseguir ahorros del 30% gracias a la rehabilitación de edificios.
- Al menos el 20% de los Presupuestos Generales del Estado estarán destinados a la lucha contra el Cambio Climático. Además, se utilizarán los ingresos obtenidos por las subastas de derechos de emisión (RCDE UE).
El Anteproyecto incluye otras muchas medidas para conseguir un país mucho más limpio, pero aquí sólo he querido resumir las que más impacto pueden tener en nuestra vida cotidiana. Seguramente NO contente a todo el mundo, habrá gente a la que NO le gusten estos cambios e incluso habrá a quién le parezcan poco. Por lo menos, ya contamos con una hoja de ruta con la que empezar a caminar durante los próximos 30 años Y, al menos yo, disfrutar de una jubilación en la que podré pasear SIN tener que llevar una mascarilla de oxígeno.