Área Clientes

Área Distribuidor

La interconexión energética entre países

Las interconexiones, el mercado único de la energía y un señor de Cuenca

Un señor de Cuenca, interesado en la energía y en el mercado de electricidad en Europa, lleva, desde hace varios años, escuchando a los responsables políticos, españoles y europeos, hablar sobre la importancia de las interconexiones energéticas entre los países de la Europa continental. El buen señor piensa que si aumentamos las interconexiones conseguiremos un mercado único europeo y tendrá un precio de la electricidad más ajustado a final de mes. Supo que la Unión Europea lanzó en 2014 el Plan Juncker para la financiación, entre otros objetivos, de infraestructuras eléctricas que interconectarán los diferentes sistemas y mercados europeos, con el objetivo de conseguir una interconexión con al menos un 10% de capacidad instalada de producción eléctrica para todos los Estados miembros.

interconexiones eléctricas

Interconexiones internacionales

 

El buen señor de Cuenca vio que ese objetivo fue respaldado en el 2015 por la Declaración de Madrid. El Presidente de Francia, François Hollande, el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, el Primer Ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho y el Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Todo ellos se reunieron en Madrid, el día 4 de marzo de 2015, para debatir la cuestión de las interconexiones energéticas. La Declaración reforzó el compromiso de las cuatro administraciones con el aumento de las interconexiones energéticas y anunciaba la construcción de interconexiones eléctricas para elevar la capacidad de intercambios entre Francia y España hasta los 8.000 MW en el año 2020.

Todos estos objetivos y planes de inversiones multimillonarios son apoyados y serán puestos en marcha por los gestores de las líneas de transporte, que retribuyen a sus accionistas, la mayoría privados en el caso español, con el diferencial entre sus costes de inversión y la retribución regulada que obtiene por los mismos. Es decir, cuanto mayor sea el importe de las inversiones que realicen mayor será su retribución con cargo a los consumidores. Esto no prejuzga su actuación ni su criterio, pero es un hecho.

La seguridad del suministro no parece ser la razón detrás de los miles de millones que se van a invertir en las interconexiones eléctricas con Francia, pues nuestro sistema tiene un 30% de exceso de capacidad instalada y no parece que el crecimiento de la demanda vaya a generar problemas de abastecimiento de electricidad en el largo plazo. Recordemos que, además, se ha adjudicado 8.700 MW de potencia renovable, que debería ponerse en marcha en 2020, si no quieren perder las garantías depositadas para la adjudicación. El consejero delegado de una gran empresa renovable se atrevió a preguntar una vez públicamente si se había realizado un análisis de coste-beneficio de las inversiones en las interconexiones ¡Qué atrevimiento! Como si no fuera suficiente que fuera un objetivo marcado por la Unión Europea y abrazado por la Administración española.

Interconexiones internacionales

Un mercado único de la energía

 

El mercado único no puede ser un objetivo que se consiga solo con el aumento de interconexiones. Es cierto que puede haber economías de escala por compartir fuentes de generación que sobren en un sistema y falten en otro, pero debe cuantificarse y explicarse las inversiones. Si el objetivo es que todos los consumidores europeos tengan el mismo precio de la electricidad, éste se podría conseguir en teoría sin necesidad de interconexiones, obligando a todos los países a tener el mismo porcentaje de renovables, los mismos pagos por capacidad a sus centrales y los mismos impuestos a la energía, por ejemplo.  No quiero afirmar que la solución es no tener interconexiones, sino que son tan importantes como la armonización de otros conceptos de coste.

No se trata solo de cómo se forma el precio mayorista, sino también de armonizar los costes adicionales que debe pagar el consumidor de electricidad. Los pagos por capacidad, los costes de interrumpibilidad, los impuestos a los combustibles y el impuesto a la generación, el impuesto eléctrico, los peajes eléctricos, etc. son todas partidas que entran dentro del coste que paga el consumidor final y que si no igualamos a nivel europeo no conseguiremos un precio único para el consumidor, a pesar de crear un mercado mayorista único europeo.

Interconexiones energéticas

La diferencia más flagrante de asimetría entre cómo se forman los precios en un mercado y otro es el impuesto a la generación. Con la subida artificial del precio del mercado mayorista en España, con el 7% de impuesto a la generación, que los productores trasladan directamente al precio, animamos la diferencia de precio entre nuestro mercado y los mercados vecinos y nuestros consumidores financian un mayor ingreso de los generadores europeos que nos venden energía por la interconexión

Al señor de Cuenca le importan poco las interconexiones, en corriente continua o alterna, aéreas, subterráneas o marinas, si al final del mes acaba pagando más por su electricidad que sus vecinos franceses, portugueses o austriacos, quizá también por el coste que deban soportar los peajes para la financiación de las interconexiones.

Autor

JOSÉ SALMERÓN

JOSÉ SALMERÓN

Comparte:

Facebook
Twitter
LinkedIn

Noticias relacionadas