La hoja de ruta del Biogás aprobada por el Gobierno a finales de marzo ha impulsado que el transporte terrestre sea propulsado por biometano, sobre todo, flotas de autobuses urbanos que utilizan esta energía para moverse por las ciudades y contaminar menos.

Hoja de ruta del Biogás en el transporte por carretera

Para ponernos en situación, empezaremos comentando qué es el biogás. El biogás es un tipo de gas renovable que se obtiene de desperdicios orgánicos, tanto urbanos como agroganaderos, ya que en estos desperdicios se produce una biodegradación de residuos vegetales que produce biometano, y puede utilizarse como combustible para transporte o ser consumido para calentar en las viviendas, fábricas y empresas.

El biogás es la única energía renovable que puede usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: eléctrica, térmica o como carburante, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE).

España es el séptimo productor europeo de biogás, e impulsar el biogás como fuente de energía en el transporte es una de las prioridades de la Hoja de Ruta del Biogás, aprobada en España en los últimos meses y que resumen muy bien nuestros colaboradores de CONFEBUS.

El transporte es el sector que más energía consume en España, alcanzando aproximadamente un 40% del total nacional, y utilizar el biogás como combustible para el transporte terrestre es una forma de sostenibilidad porque su fuente de energía es el reciclaje de basura que generamos la sociedad y las empresas.

Autobuses de biogás

El primer autobús que circuló por España propulsado por biometano fue en Pamplona a finales de 2016 y podía recorrer hasta 1.000km utilizando únicamente este combustible. El gas procedía de la estación depuradora de Arazuri (Navarra) y, a través de un proceso de depuración de las aguas residuales, se convertía en un combustible limpio y renovable.

Desde entonces se han ido incorporando distintas flotas por toda España, los últimos autobuses propulsados por gas biometano se encuentran en Cataluña y en Madrid, en Cataluña se ha puesto en marcha un autobús que da servicio a dos líneas que conectan el Montsià y el Baix Ebre. Se trata del primer autobús de biogás que pone en marcha la Generalitat.

Por otro lado, en Madrid están funcionando desde principios de mes 20 autobuses de la línea C1 de la EMT (Empresa Municipal de Transportes).

Estos autobuses se alimentan íntegramente con biometano procedente de la planta de Valdemingómez.

Electrificación del transporte terrestre

El transporte es la actividad económica que más emisiones produce. En 2019 representaron el 29% y es el único sector que apenas las ha reducido en los últimos años. Esto se traduce en que España lleva mucho retraso en la electrificación del transporte terrestre. Sobre todo, si nos comparamos con otros países de la UE, cuyas matriculaciones en vehículos eléctricos superan con creces las de nuestro país.

Descarbonizar el transporte y conseguir la movilidad sostenible prevista supone un coste económico y logístico importante, pero existen unos objetivos a cumplir recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE) que se resumen:

• Disminuir un 23% las emisiones de CO2 para 2030.
• Prohibir la matriculación de turismos y vehículos ligeros que emitan CO2 a partir de 2040.
• Conseguir un parque de turismos y vehículos ligeros 100% libre de emisiones en 2050.
• Establecer zonas de bajas emisiones (ZBE) en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes y aquellas de más de 20.000 si tienen mala calidad del aire.
• Instalación de puntos de recarga por toda España.

La movilidad eléctrica depende de los esfuerzos que se realicen para conseguir estos objetivos, ya sea a través de transporte propulsado por biogás o por otras energías 100% renovables.