Área Clientes

Área Distribuidor

El consumidor debe pagar solo por los costes de la energía

El precio de la electricidad en España ha subido de manera desaforada, la “parte regulada” del recibo de la luz ha hecho que tengamos uno de los precios finales de la electricidad más altos de Europa.

El precio de la electricidad en España ha subido de manera desaforada en los últimos diez años. Es cierto que hace dos años que los peajes eléctricos y los impuestos cargados sobre la electricidad no varían, pero todo lo cargado anteriormente a la “parte regulada” del recibo de la luz ha hecho que tengamos uno de los precios finales de la electricidad más altos de Europa.

El consumidor eléctrico ha sido el financiador durante años de temas que o no han tenido nada que ver con el sistema eléctrico o, estando afectado, no ha sido el único sector implicado. En su momento se decidió financiar políticas de homogenización del territorio con cargo a los consumidores de electricidad, como la financiación de los mayores costes del suministro de electricidad en territorios extra peninsulares o el mantenimiento del empleo en las zonas de la minería del carbón en España, subvencionando la compra del carbón de las explotaciones nacionales. Algo parecido fue la financiación de la interrumpibilidad de los grandes consumidores industriales, que, sin discutir su derecho a las ayudas, parece un tema de política industrial y no del sector eléctrico.

Precio de la electricidad

Tanto las ayudas al carbón como la financiación de la interrumpibilidad han desaparecido de la estructura de costes financiados por los peajes eléctricos. Sin embargo, los peajes no han disminuido en la parte correspondiente. Es más, al pasar la interrumpibilidad a ser un servicio de ajuste del sistema eléctrico, gestionado por el operador del sistema, el consumidor ha continuado pagando ese coste, ahora como parte del coste de la energía, por lo que, de hecho, la salida del coste de los peajes y la no baja de éstos supuso una subida del coste de la electricidad para el consumidor. Actualmente no hay información fehaciente del uso efectivo de esa interrumpibilidad, aunque, con 20.000 MW instalados de ciclos combinados ociosos (de un total de 25 GW instalados de ciclos) no parece que sea muy frecuente.

No hay duda de la necesidad de las renovables si queremos asegurar el medioambiente en el que vivan nuestros nietos. Además, son un vector de desarrollo industrial muy importante y un componente de eficiencia económica, cuando su desarrollo se hace de una manera estructurada y planificada.  El sector eléctrico no es el único susceptible de emitir gases de efecto invernadero. Sin embargo, todo el esfuerzo en las reducciones de emisiones, o la gran mayoría, lo está haciendo el sector de la electricidad financiado exclusivamente por el pago de los sufridos consumidores. Este es un coste que bien podría analizarse si pudiera financiarse con cargo a los presupuestos generales.

También quiero referirme a la carga impositiva que soporta el consumidor de electricidad. A través del precio de la energía el consumidor soporta el impuesto a los combustibles (nuclear, gas natural e incluso canon hidráulico) y el impuesto a la generación, que, como es lógico, los generadores trasladan al precio al que venden su energía en el mercado. De manera directa el consumidor paga el impuesto eléctrico, cuya justificación teórica (la financiación del extra coste del carbón nacional) se pierde en el origen de los tiempos. Además, el comercializador traslada en el margen requerido al consumidor la tasa municipal que tiene que pagar por el uso del vuelo propio del lugar del suministro. Para acabarlo de rematar, encima de todos los costes e impuestos, Hacienda nos carga el 21% de IVA. Todos los impuestos que paga el consumidor de electricidad tienen el efecto perverso de que cuanto más suba el precio de la electricidad (vg. más sufra el consumidor) más recauda el erario público.

Entendemos que en momentos de aprieto presupuestario es difícil hacer cambios que supongan un aumento del gasto público. Pensamos que es necesario hacer un esfuerzo de racionalización de los costes que financia el consumidor eléctrico, abrir un debate con todos los afectados y planificar un cambio paulatino que, a largo plazo, lleve a que el consumidor pague solo los costes que genera el sistema eléctrico. Para la mejora de la eficiencia y productividad de la economía es importante asignar los costes a su origen y no generar subvenciones cruzadas entre actividades. Lo que en román paladino se dice ¡Qué cada palo aguante su vela!

Autor

JOSÉ SALMERÓN

JOSÉ SALMERÓN

Comparte:

Facebook
Twitter
LinkedIn

Noticias relacionadas