Todos sabemos que la luz es un bien necesario pero no valoramos la electricidad lo suficiente hasta que nos quedamos sin ella. La labor de que esto no pase depende de la previsión de distintos agentes del mercado que normalmente aciertan pero hay fechas especiales en las que es fácil fallar…
España. Siglo XXI. Vivimos en una sociedad en la que gran parte de nuestro status se basa en la capacidad que tenemos de gastar: ropa, móviles, coches… ¿En todo? No, como diría Goscinny en los maravillosos cómics de Astérix: “hay un grupo de irreductibles gastos que resiste todavía y siempre al invasor”.
Entre ellos, siempre se encuentran las facturas de los distintos servicios que tenemos contratados como el móvil, el agua o la electricidad. Porque si los electrones que consumimos mientras vemos la televisión o cada vez que encendemos una bombilla son los mismos, ¿qué sentido tiene pagar un precio más alto? No conozco a nadie que me haya dicho alguna vez “¿Pagas solo eso por la luz? La mía es mucho mejor, ¡20 eurazos más!”.
Análisis del consumo eléctrico en España
En este artículo vamos a dejar de lado el coste de la electricidad y nos vamos a centrar en hacer un pequeño análisis del consumo de España gracias a los datos que nos aporta REE, publicando los valores de demanda prevista (línea verde), demanda programada en mercado (líneas rojas) y la demanda real que finalmente se produjo (línea amarilla). Si todo va bien en el sistema, las 3 líneas deberían ser muy similares, lo que indicaría que el consumo real de España se programó en los diferentes mercados de energía y, además, coincidía con las últimas previsiones calculadas por el Operador del Sistema REE.
Patrones de consumo eléctrico español
Como primer ejemplo, he escogido un día “del montón”: el 23 de mayo, un miércoles laborable de primavera
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, e incluso cuando estamos durmiendo, no dejamos de consumir electricidad: el frigorífico sigue funcionando, cargamos los móviles, los electrodomésticos se quedan en modo “stand-by” … aún se necesitan casi 23.000 MWh para cubrir las necesidades. Conforme nos vamos despertando y comenzamos nuestra actividad, el consumo aumenta hasta un máximo diario hacia mediodía (unos 33.000 MWh aproximadamente) para después caer por la tarde y volver a un periodo punta para la hora de la cena (aunque de menos magnitud que la de la mañana).
Vamos a coger este día como referencia para ver cómo variamos nuestros patrones de consumo.
- Se acerca el invierno: 25 de enero de 2018
¡Cómo se nota que las noches son más frías! El uso de las calefacciones por la noche es mayor y gracias a eso la demanda mínima del día es superior a nuestro día de referencia. Además, las puntas de consumo son mucho más altas y la de la noche supera a la del mediodía. Esto es debido a la escasez de horas de luz natural que tenemos y al descenso de las temperaturas cuando llegamos a nuestras casas y encendemos la calefacción.
- Aprovechando el veranito: 18 de julio de 2018
El consumo energético por las noches es incluso mayor que en invierno, y es que mientras el calor lo podemos generar con otras fuentes energéticas como el gas natural, el aire acondicionado doméstico únicamente funciona con electricidad. Especialmente destacable es el cambio en la forma del perfil, y es que el máximo consumo viene con las horas centrales del día con las temperaturas tan altas que hemos de contrarrestar en casas y oficinas. Después, ya todo es cuesta abajo.
Hasta aquí más o menos todo es relativamente intuitivo, ¿no? El cambio entre estaciones, y los perfiles de consumo, se hace de manera paulatina siendo la temperatura del país uno de los principales causantes. ¿Entonces hacer una estimación precisa es fácil? Por supuesto que no. En los ejemplos he buscado días representativos de cada una de las estaciones, pero hay que añadir multitud de variables que van a afectar a nuestro comportamiento consumista. Vamos a analizar diferentes patologías de nuestra adicción.
- Derrochador, pero poco… 24 de abril de 2014
La laboralidad es un aspecto muy importante de cara al consumo. Está claro que no es lo mismo que las industrias estén a pleno rendimiento a que estén paradas por ser festivo. El ejemplo más claro de esto ocurrió un domingo de Semana Santa: la demanda nocturna apenas supera los 18.000 MWh y el pico máximo los 26.000 MWh (-6.000 MWh con respecto al día de referencia). Visto lo visto, da igual que seamos creyentes o no, el país se encuentra en “servicios mínimos”.
- Gastando como si fuera gratis: 19 de enero de 2017
Hay momentos en los que nos da igual sacar la billetera y pagar lo que haga falta por la electricidad: cuando sufrimos temperaturas extremas. Durante este día se registró un máximo de demanda diaria, y es que las cotas que se alcanzaron en las dos puntas sobrepasaron los 40.000 MWh. Seguramente, más de uno al recibir la factura de la luz ese mes se quedaría aún más helado.
- Fiestero: 1 de enero de 2018
Una de las fechas más señaladas en el calendario de todos es el día de Año Nuevo, parece que se para el mundo y no es para menos, después de tantas copas de celebración no está para moverse mucho. El mínimo diario no es de récord si lo comparamos con el ejemplo visto anteriormente, pero la actividad de la mañana arranca mucho más tarde y tampoco con muchas ganas.
- Reivindicador: 29 de marzo y 14 de noviembre de 2012. Huelgas generales
Aquí ya se ve una gran diferencia entre la línea verde y la roja y la amarilla. La verde representa la estimación que tenía REE y las otras lo finalmente programado/consumido. El efecto de este tipo de eventos siempre es una incógnita porque no se sabe qué porcentaje de la población las secundará, aunque como se puede observar las del 2012 tuvieron un impacto muy importante.
- Futbolero: 11 de julio de 2010, final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica
Creo que no voy a sorprender a nadie si digo que el deporte rey en nuestro país es el fútbol. No es por menospreciar a ningún equipo, pero un partido de segunda división lo ve poca gente, uno de primera unos cuantos millares y ya un Real Madrid-Barcelona incluso millones. Pero hubo un partido que convocó incluso a personas muy reacias: la final del mundial de Sudáfrica en la que nos proclamamos campeones del mundo. Durante todo el día la demanda estuvo dentro de lo esperado, pero el panorama cambió en las horas del encuentro y es que el efecto en el consumo con respecto a la previsión que había fue de -2.500 MWh… ¡equivalente a la huelga general de 2012!
A lo largo de los distintos escenarios que hemos visto la conclusión es clara: no podemos dejar de gastar electricidad. Eso sí, para ayudar a nuestros bolsillos siempre podremos adquirir aparatos los más eficientes posibles y contratar el suministro con comercializadoras que nos ofrezcan la tarifa que mejor se adapte a nuestras necesidades, como AEQ Energía.