Desde que comenzó la pandemia en 2020 hemos vivido muchos cambios en el sector que han afectado al precio de la luz y del gas. Para intentar paliar el aumento desmesurado en el precio eléctrico y en el gas, se han tomado medidas como la llamada «excepción ibérica», pero ¿ha funcionado realmente este mecanismo?
¿Qué ocurre con el precio de la luz?
Esta es seguramente la pregunta que más se ha repetido en el último año. Por otro lado, la respuesta que más estaréis oyendo hace referencia al gas, a Rusia, a Vladimir Putin. Lo primero que se nos viene a la mente es que la guerra en Ucrania ha supuesto una subida de precios de casi cualquier producto o servicio del que disfrutamos en nuestro día a día, incluido el precio de la luz. Ya en este blog se explicó en su momento la formación del precio de la electricidad y la influencia del gas en el precio diario resultante en el mercado mayorista. No obstante, vamos a ponernos en contexto:
En los últimos tres años hemos visto cómo el precio de la luz ha sufrido variaciones muy bruscas. Primero en 2020, a raíz de la pandemia, la baja demanda provocó una caída sustancial de los precios, con una media anual de 34.07 €/MWh. En el año 2021, hasta el mes de mayo aproximadamente, se recuperaron los precios que acostumbrábamos a ver antes de la pandemia (65 €/MWh).
A partir de ahí, ante la previsión de un importante aumento en la demanda de gas de cara al invierno, junto con tensiones geopolíticas entre la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos por la puesta en marcha del nuevo gasoducto Nord Stream 2, provocaron el encarecimiento del precio del gas suministrado por Rusia.
Fuente: OMIE/MIBGAS
De esta manera, el precio aumentó de media desde 65 €/MWh en el mes de mayo hasta 239 €/MWh a final de año. A lo anteriormente comentado se le sumó el inicio de la guerra de Ucrania a finales de febrero, contribuyendo aún más en el aumento del precio, lo que produjo un pico máximo en el precio medio de la electricidad de más de 280 €/MWh en marzo.
La influencia del tope al gas en el precio eléctrico
A raíz de lo anteriormente expuesto, Bruselas aprobó una medida de carácter urgente y temporal por la que se le pondría un tope al precio del gas en el mercado eléctrico español y portugués desde el 15 de junio de 2022 al 31 de mayo de 2023 que aparece recogida en el Real Decreto-ley 10/2022, de 13 de mayo, del que ya habló nuestro Director General, José Salmerón en el blog de AEQ. Esta medida tiene un impacto directo en el precio del mercado mayorista de la electricidad, ya que fija un precio del gas (notoriamente más bajo que el real) y como consecuencia, fijaría el precio máximo al que ofertan los ciclos combinados en el mercado eléctrico, que son los que muchas de las veces marcan el precio final del mercado diario.
Fuente: OMIE
Desde entonces, cada día a las 10:00h, MIBGAS publica un precio provisional del gas para el día siguiente. Ese precio es el que se toma como referencia del coste real del gas para las centrales de ciclo combinado.
Por otro lado, OMIE tiene en cuenta el tope del gas y publica el precio del ajuste como la diferencia entre el precio provisional de MIBGAS y el tope del gas. Este ajuste será pagado por la demanda no exenta de este mecanismo.
¿Ha servido de algo la «excepción ibérica»?
Partimos de la premisa de que el ajuste del gas no aplica directamente a todos los consumidores. La demanda que tenga un precio fijo acordado con una comercializadora antes del 26/04/2022 no verá, a priori, esta nueva componente en su tarifa de la luz. Serán aquellos consumidores con una tarifa indexada al pool eléctrico o aquellos consumidores con precio fijo firmado a partir del 26/04/2022 los que verán este nuevo apartado dentro de su factura.
Estimamos que la “excepción ibérica” ha provocado una disminución de casi el 14% en el precio del mercado mayorista, situándose desde su puesta en marcha en 266,3€/MWh de media (incluido el ajuste) frente a casi 310€/MWh si no se hubiera aplicado el mecanismo de ajuste.
Teniendo en cuenta el peso del precio del mercado mayorista en la factura de la luz, implicaría una leve reducción en la cuantía final de la factura.
Fuente W2M
Consecuencias no previstas
El hecho de que se haya topado el precio al que ofertan las centrales de ciclo combinado, ha ocasionado que las ofertas de estos generadores entren al mercado antes que las plantas de cogeneración, aunque a posteriori reciban una retribución extra mediante el mecanismo de ajuste. Esta razón, junto con la alta demanda por la estacionalidad y la falta de otras tecnologías de generación en el mix energético, ha provocado que la energía casada en el mercado mayorista por parte de los ciclos combinados haya repuntado hasta máximos históricos, tal y como se puede ver en el gráfico siguiente.
Fuente: Esios
Como contraparte, una de las tecnologías que se ha visto más afectadas negativamente ha sido la cogeneración. La energía casada en el mercado mayorista por parte de las centrales de cogeneración ha descendido aproximadamente un 60% desde la entrada en vigor del nuevo mecanismo de ajuste (siguiente gráfico), ya que a la mayoría de las plantas de cogeneración no se les aplica este ajuste y como consecuencia, en muchos casos, ven como no llegan a cubrir costes.
Una de las consecuencias de la parada de más de la mitad de las cogeneraciones de un tiempo a esta parte es la industria ligada a la cogeneración. Muchas fábricas necesitan del calor generado por las plantas de cogeneración para sus procesos industriales, con lo que hay ocasiones en las que se ven en la disyuntiva de mantener la planta de cogeneración en funcionamiento, pero en pérdidas para mantener la fábrica funcionando, o directamente parar la planta de cogeneración y detener su actividad industrial también.
Debido a esto, el pasado 06/09/2022 el gobierno anunció la modificación del régimen retributivo de la cogeneración, por el cual las plantas podrán renunciar a su actual régimen retributivo (el cual es incompatible con el nuevo mecanismo) y, por ende, ser beneficiarias del ajuste del mecanismo ibérico. Uno de los objetivos buscados es la reducción de la demanda de gas por parte de nuestro país, ya que el rendimiento de las plantas de cogeneración es un 30% superior al de las plantas de ciclo combinado.