Hidrógeno verde
El almacenamiento de la energía es uno de los principales retos que enfrentará el sector en los próximos años. Las tecnologías de baterías han tenido una gran evolución, pero la cuestión del almacenamiento a largo plazo no la resuelven aún.
Este escenario es una gran oportunidad para el hidrógeno, donde sus cualidades podrían ser de gran utilidad. No solo por su capacidad de almacenar energía por largos periodos de tiempo, sino también por su mayor grado de gestionabilidad, ya que tiene la capacidad de ser almacenado como gas a presión o en estado líquido.
En primer lugar, debe considerarse que el hidrógeno no es una fuente de energía primaria, como el viento o el sol, sino un vector energético. Esto significa que es un producto que requiere de una aportación de energía para su obtención. Y, en el caso de que se empleen energías renovables en su fabricación, el hidrógeno obtenido tendrá la consideración de “hidrógeno verde” o “hidrógeno renovable”.
Fuente de información: Ministerio de Energía
La Hoja de Ruta del hidrógeno
La Hoja de Ruta del hidrógeno, aprobada por el gobierno el 6 de octubre de 2020, apuesta por el hidrógeno verde y lo considera una pieza clave para que España alcance la neutralidad climática y un sistema eléctrico 100% renovable antes de 2050.
Este documento incluye objetivos nacionales de fomento del hidrógeno renovable a 2030, de los que cabe señalar los siguientes:
- Producción: 4 GW de potencia instalada de electrólisis para la producción de hidrógeno renovable empleando energías limpias y agua.
- Consumo: un 25% del consumo de hidrógeno industrial será de origen renovable en 2030.
- Movilidad: se plantea la implantación de un mínimo de 100 hidrogeneras, junto con un aumento significativo de flota, trenes comerciales y vehículos de transporte pesado, propulsados con hidrógeno.
Esto permitirá la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en 4,6 millones de toneladas equivalente de CO2.
Principales oportunidades del Hidrógeno Verde
Entre las principales oportunidades que el hidrógeno verde puede aportar a España, destacan las siguientes:
- Penetración y aprovechamiento de un mayor porcentaje de energías renovables en el sistema eléctrico. Principalmente, la energía renovable excedentaria generada en las horas de menor consumo eléctrico, al permitir la gestionabilidad y la continuidad en el suministro renovable mediante su capacidad para el almacenamiento de energía.
- Disminución de la dependencia energética nacional y del entorno europeo, principalmente de productos fósiles de otros países.
- Eliminación de las emisiones de contaminantes y de gases de efecto invernadero al medio ambiente en sectores o procesos difícilmente descarbonizables. Por ejemplo, en la industria (fabricación de acero, síntesis de amoníaco para la producción de fertilizantes); movilidad terrestre de largo alcance (como combustible para camiones pesados) y transporte marítimo y aviación (para producir combustibles sintéticos para embarcaciones).
- Desarrollo de las cadenas de valor de la economía del hidrógeno y posicionar a España como referente tecnológico, junto con la potenciación de la I+D+i energética española como pilar de crecimiento económico sostenible.
La apuesta por el hidrógeno en España es clara y ambiciosa, por lo que tendremos que esperar a 2030 para confirmar que los objetivos marcados en la Hoja de Ruta se consiguen sin que la situación económica actual perturbe los hitos marcados.