La crisis sanitaria, económica y social que el covid-19 está provocando afecta a todos los sectores económicos y los mercados energéticos no son una excepción.
¿Cómo ha afectado el covid-19 a los mercados energéticos?
No es ningún secreto que la economía española, así como las economías del resto de países del mundo, se está viendo más que afectada por la pandemia que ha provocado el coronavirus.
En general, todos los sectores de actividad están sufriendo la recesión a la que está dando lugar el covid-19, y el sector energético no es una excepción.
El confinamiento, que ha venido de la mano de un estado de alarma decretado por el gobierno central de España desde el mes de marzo hasta el mes de junio, ha supuesto una caída de la producción y fuertes restricciones de movilidad que se han traducido en una disminución en la demanda de recursos energéticos.
España, Italia y Francia son los países europeos con mayores caídas de la demanda de electricidad, siendo el sector automovilístico y los relacionados con el transporte los más afectados en este sentido. Es lógico, a menor actividad menor demanda eléctrica.
La demanda de electricidad registrada en España durante 2020 está siendo un 7% inferior a la que se observó en el mismo periodo de 2019. Estos bajos niveles de demanda están aumentando la participación de la generación de electricidad a través de fuentes de energía renovables, representando las energías limpias altos porcentajes en el mix de generación actual. Esta situación, en la que las energías renovables han aumentado su presencia y en la que la demanda ha disminuido, ha contribuido a que el precio de la electricidad haya descendido hasta precios realmente bajos durante el confinamiento más estricto, recuperando ahora los precios de antes del estado de alarma.
El precio de los derechos de emisión del CO2 se desplomó hasta un 37% los primeros días de marzo, cuando se declaró pandemia mundial por la enfermedad covid-19. Más tarde se estabilizó llegando a disminuir hasta un 20% durante los primeros meses de la pandemia y ha seguido registrando mínimos históricos durante estos meses, presionando así sobre los precios eléctricos españoles y previéndose un escenario pesimista para el mercado de CO2. Por el contrario, y aunque los precios de gas natural sufrieron una bajada de más del 20% al inicio de la crisis sanitaria por coronavirus, se observa un escenario más favorable debido a la bajada de temperaturas que se espera en los próximos días. Sin embargo, no se descarta un empeoramiento de la situación en la que el mercado de gas se desplome hasta un 12% respecto a 2019 debido a una menor demanda por la pandemia y por una mayor generación renovable.
Efectos en el mercado renovable
El papel de las energías renovables, como ya comentábamos, está adquiriendo mayor importancia durante esta crisis. No debemos dejar que ello nos distraiga ni perder de vista los objetivos marcados en el Acuerdo de París y, por ende, la lucha contra el cambio climático.
Ya hablábamos hace unas semanas del coronavirus y el cambio climático y, de la más que posible relación entre cambio climático y enfermedades pandémicas como el covid-19, por lo que una vía de recuperación basada en trazar una hoja de ruta hacia las energías renovables no solo daría lugar a la creación de millones de empleos de aquí a 2050, sino que también permitiría un aumento en el bienestar de la sociedad y del medio ambiente.
Debido a las recomendaciones de expertos acerca de una recuperación económica en clave renovable, los gobiernos se han puesto en marcha parar tratar este tema. En el caso de España, hace unas semanas se anunciaron nuevas subastas renovables cuyo objetivo sería, principalmente, potenciar la energía renovable a través de inversiones de empresarios tanto españoles como de fuera del país. Este nuevo real decreto que regula las subastas renovables durante los próximos años, pretende también que el efecto producido por las fuentes de energía renovables se repercuta directamente sobre el consumidor final, ya sea doméstico o industrial.
Impacto en los mercados de petróleo
Los mercados de petróleo quizás hayan sido los más afectados por la crisis sanitaria y económica que nos está dejando el covid-19.
La situación del petróleo ya se podía definir como crítica y volátil incluso antes de que en marzo se declarara la pandemia mundial, puesto que el sector pasaba por una situación de sobreproducción. Es decir, la acumulación de reservas de petróleo está desembocando en una saturación de la capacidad de almacenamiento, lo que hace que los precios del petróleo bajen más aún, acentuando todavía más la inestabilidad que caracteriza a este mercado.
Durante el confinamiento más estricto, los precios del petróleo se desplomaron debido a la caída mundial de la demanda provocada por el cese de la actividad de múltiples empresas, grandes industrias y por las consecuencias derivadas de las restricciones a la movilidad.
A principios de año el precio del barril de Brent y el WTI, en Estados Unidos, rondaba los 60$/barril, pero con la expansión del SARS-COV-2 los precios comenzaron a caer, como ya hemos comentado anteriormente, tanto que se llegó a alcanzar un mínimo histórico negativo en la entrega de un contrato de futuros.
El precio del petróleo se ha ido recuperando desde que en junio comenzamos la “nueva normalidad” y se empezó a reactivar poco a poco la actividad económica, con sus correspondientes altibajos como estamos viendo.
¿Es probablemente esta crisis que sufren los mercados de petróleo una palanca para que energías renovables y tecnologías con bajas emisiones de carbono se abran camino en ciertos sectores de producción?